Lo que partió como una inquietud de nuestra fundadora Carmen García Domínguez y la familia Flaño del Fundo Carrán en las cercanías del Lago Maihue y Futrono, no tardó en convertirse en un proyecto real y concreto.
En una pequeña localidad del sur, específicamente en Rupumeica Alto, existía una pequeña escuela a la que asistían con mucha dificultad unos pocos alumnos. Las inclemencias del tiempo y la dificultad que impone su geografía no ha sido impedimento para que este proyecto siguiera adelante gracias a la vocación de quienes tienen a cargo la enseñanza y de la ayuda que ha entregado Fundo Carrán y el parque Huishue.
Cristopher Torres e Ignacio Durán, administradores de proyectos de Fundación La Semilla, llevan varios años viajando a la zona, con el fin de implementar diferentes iniciativas, apoyando en un inicio a la Escuela Los Guindos de Rupumeica Alto y tiempo después a la Escuela de Rupemeica Bajo.
“Con estos establecimientos se han desarrollado voluntariados, los que han permitido realizar diferentes acciones como mejoras en infraestructura y pintura. Además, se logró que obtuvieran la Certificación Ambiental”, comentan Cristopher e Ignacio.
“Este año sumamos a dos escuelas más. La Escuela Alonso De Ercilla de Curriñe y la Escuela Estrella Solitaria de Pichico. Esperamos que estas últimas también logren su Certificación Ambiental”.
“Todo lo que se ha realizado con estos establecimientos se alinea con la misión de la Fundación de entregar oportunidades válidas a las personas. Ha sido un proyecto muy lindo de acompañamiento y de logros. Agradecemos la confianza que han depositado en nosotros”.
“Creo que uno de los desafíos más importantes que surge ahora es lograr implementar un programa PIE que permita abordar estudiantes con necesidades especiales”.
“Este es un proyecto muy lindo, en donde hay que valorar el esfuerzo y compromiso de los profesores. Ojalá se pueda seguir creciendo y se sumen nuevos establecimientos a esta red”.